La camelia, una alternativa rentable para zonas forestales
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Esta especie se vincula a un uso ornamental, pero ofrece
posibilidades para el monte como la producción de té, aceite o madera. También
está indicado su uso como protección frente a incendios cerca de núcleos de
población
Plantaciones de camelias de la Estación Fitopatológica de Areeiro.
Presente desde hace más de tres siglos en Galicia, en jardines y áreas de ocio, a la camelia se le abren nuevos escenarios donde ser una alternativa rentable: las zonas forestales. El aprovechamiento de la camelia se vincula a usos ornamentales pero el abanico de posibilidades que ofrece este arbusto va más allá, tal y como llevan tiempo reivindicando desde la Estación Fitopatolóxica de Areeiro, centro de referencia en Europa en el estudio de la camelia.
“Hay muchas zonas de monte que se pueden destinar a un uso más social y recreativo, donde tiene cabida la camelia”
En el marco del LV Concurso Exposición Internacional de la Camelia, organizada por la Diputación de Pontevedra, la jefa de servicio de la Estación Fitopatolóxica de Areeiro, Carmen Salinero, presentó algunos de los posibles fines que el cultivo de las camelias en zonas forestales puede permitir. “El monte vecinal no tiene que estar pensado sólo para un aprovechamiento forestal, sino que hay muchas zonas que se pueden destinar a un uso más social y recreativo, donde tiene cabida la camelia y que permite, además, su aprovechamiento”, sintetiza Salinero.
El cultivo de la camelia estaría así pensado para zonas donde el aprovechamiento forestal de otras especies queda restringido por tratarse de espacios próximos a cauces fluviales o núcleos de población. “No se trata de llenar los montes de camelias o de que las camelias sustituyan a otros árboles autóctonos, sino de contemplar las posibilidades que este arbusto ofrece”, reafirma la investigadora.
“La primera cosecha de té se puede recoger a los tres años de instalar la plantación”
Uno de los retos que se presentan para el cultivo de la camelia en estas zonas forestales es la organización del mercado de sus productos, de manera que los derivados de la camelia realmente terminen por comercializarse y ser rentables.”Muchas veces lo que nos falla en Galicia es la venta y la promoción, ya que aquí realmente pueden producirse variedad de productos”, incide la investigadora.
El abanico de posibilidades que ofrece la camelia abarca desde la producción de té y aceite hasta el aprovechamiento de su madera o de las ramas verdes. Todas ellas son, además, alternativas viables para buena parte de los montes gallegos, como explica la experta.
El té verde, una producción en fresco
Una de las alternativas que ofrece la camelia en los montes es la producción de té, que procede del aprovechamiento y secado de los brotes de este arbusto, que se emplean para preparar la infusión.
Este cultivo podría combinarse con otros árboles de turnos medios como los abedules o los nogales, de modo que se hagan plantaciones mixtas, según apuntan desde Areeiro. Las primeras cosechas de té podrían realizarse ya a los tres años de tener plantadas las camelias de la especie Camellia sinensis, conocida popularmente como la planta del té.
La investigadora concreta que la producción de té en Galicia debería de orientarse al té verde. Esta variedad debe comercializarse y consumirse en el año, para aprovechar el sabor y aroma fresco de su infusión, a diferencia de otros tipos de tés, como el negro, que no pierden sus características con el paso del tiempo, y que proceden de mercados más alejados como el asiático o indio.
"El cultivo para la producción de té podría combinarse con abedules o nogales, teniendo plantaciones mixtas"
“La idea sería producir un té verde para Europa, de manera que el mercado sepa que es un producto que no estuvo mucho tiempo en almacén, por lo que se garantiza que conserva sus propiedades”, destaca Salinero.
También se está trabajando ya en la combinación de este tipo de té con otras plantas y sabores de Galicia, para producir un té diferenciado. “Buscamos producir para el mercado un té fresco, con toques afrutados y garantizar, además, que es un té del año”, concreta.
Las semillas, fuente de aceite virgen
El aceite, producido a partir de las semillas de las camelias, es otro de los productos que se pueden obtener de esta planta. Muy valorado y empleado desde antaño en la cosmética, en la Estación Fitopatolóxica de Areeiro investigan sobre las características y particularidades del aceite producido en Galicia.
“Por ahora no contamos con plantaciones regulares para obtener información, ya que se precisan al menos 10 años para obtener las primeras semillas, así que estamos empleando las semillas de los árboles de los jardines que tenemos por toda Galicia”, detalla la investigadora. Cabe recordar que la camelia es una de las especies más comunes y representativas de nuestros jardines históricos.
Para la obtención de un litro de aceite se precisan entre 4 y 5 kilos de semillas de camelia
Los estudios que se llevan realizando desde hay más de 10 años en la estación de Areeiro en torno a la camelia han permitido determinar ya algunos detalles sobre la producción de aceite. “Sabemos que tenemos un aceite de muy buena calidad y estamos caracterizándolo”, concreta. Se trata de un aceite virgen, aunque no está permitido, por ahora, su uso con fines alimenticios, ya que en España está restringido el uso de aceite virgen al aceite de oliva. En concreto, para la obtención de un litro de aceite se precisan entre 4 o 5 kilos de semillas de camelia.
La potencialidad de la madera de camelia
La madera de camelia es de gran calidad, por lo que también cabría su aprovechamiento para este fin. “Aún hay mucho por investigar sobre cómo aprovechar la madera de la camelia y como trabajar para que sea más rentable producirla”, apunta la investigadora.
La producción de madera de camelia implica esperar muchos años, ya que este arbusto tiene ciclos muy largos, para contar con troncos de madera susceptibles de aprovecharse. “En cualquier caso, no habría porque descartar ni dejar de lado el aprovechamiento de esta madera”, esgrime la experta.
Salvaguarda frente a los fuegos forestales
La camelia también podría tener un espacio reservado en las llamadas franjas de protección de los núcleos rurales habitados, donde está limitado el cultivo de otras especies para su aprovechamiento forestal, a causa de reducir el riesgo de incendios forestales. “La camelia figura en los listados de muchos países como árboles que se pueden plantar en estas zonas, al estar considerada como una especie no pirófita ni ignífuga, es decir, que tienen una gran resistencia a los fuegos”, concreta la investigadora.
“En Australia se usan setos de camelia para proteger las casas de los incendios”
El hecho de contar con una corteza que no se suelta, no tener ramas que queden sin hojas o que estas hojas sean anchas, con lo que tampoco arden con facilidad, son algunas de las características de las camelias que destaca la experta y que ratifican que son una especie con mayor resistencia frente al fuego. “En Australia se emplean para construir setos, en los que las plantas no están muy juntas, de modo que sirven de protección natural para las casas no sólo frente el avance del fuego sino también para frenar las cenizas y mitigar las temperaturas”, comenta.
Con la plantación de camelias en estas zonas puede conseguirse un espacio de recreo y esparcimento para los propios vecinos con árboles ornamentales. Pero además, con este cultivo se puede recuperar la producción de rama verde con fines ornamentales, un mercado que en los últimos años descendió, pero podría fomentarse su recuperación, como apuntan desde Areeiro.
Por ahora, varias asociaciones de comuneros de montes se han interesado ya por estos usos de la camelia. De hecho, en el marco de estas jornadas alrededor del arbusto, el presidente de la Organización Gallega de Comunidades de Montes, Xosé Alfredo Pereira, subrayó la posibilidad de firmar un convenio de colaboración para fomentar la plantación de camelias en terrenos de mano común.
“La idea es que los comuneros conozcan los posibles cultivos de la camelia y los tengan en cuenta. Hay que recordar que el monte gallego es el que más madera produce, pero sin valor añadido, porque es madera de muy baja calidad. Por eso, precisamos madera de calidad orientada a la transformación, como la industria del mueble”, aseguró Pereira. De momento, con la camelia, no hay ninguna experiencia en montes vecinales.
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