Hay mucha superficie que potencialmente podría estar produciendo madera en Galicia

Miguel Ángel Cogolludo es el encargado de coordinar las distintas fuentes de suministro que tiene la fábrica de Ence en Pontevedra, por lo que vive de forma directa los problemas del sector forestal.


Como responsable de suministro de la planta, ¿cómo ve las consecuencias que provoca el mal uso del terreno forestal y el minifundismo?

Tiene que ser consciente de que compramos eucalipto, que solo representa el 12% de la superficie forestal gallega. Estamos hablando ya de que nos focalizamos en una especie que no es mayoritaria. Dentro del inventario forestal de Galicia hay 800.000 hectáreas rasas, sin arbolado. Hay mucha superficie que potencialmente podría estar produciendo madera en Galicia. Lo que nosotros apuntamos como una solución a este terreno inutilizado son las agrupaciones de propietarios. La industria lo va a apoyar para superar esa situación y nosotros ya los ayudamos y les financiamos para que incrementen y mejoren su producción.


¿Percibe Ence que los propietarios están interesados en agruparse? ¿Es suficiente que los apoye la industria o necesitan un empujón más?

Hace falta un empujón más por parte de la administración. La industria es percibida actualmente, por la sociedad en general y los propietarios en particular, con unos tintes negativos, como responsable de los males del monte, por ejemplo, la deforestación. Esto es algo preocupante y que desde luego nos gustaría que fuera percibido de otra forma. La industria ha desarrollado unas características de gestión y una tecnología que hace que seamos los más preocupados por la sostenibilidad de esta actividad. El propietario forestal, a la hora de confiar sus propiedades, todavía se siente más ligado a las asociaciones de propietarios que a la industria. Cualquier apoyo desde la administración y asociaciones de propietarios es importante.

¿Cuáles son los principales retos para dar más valor añadido al monte?

La verdad es que la tendencia en España y en Galicia consiste en saldar el déficit comercial en la balanza de madera con importaciones de producto elaborado. Esa falta estructural de madera en la economía española se está completando con esos productos. Pero esto lo que hace es desenmascarar dos problemas. Uno de ellos es el de la producción. Si tuviéramos una mayor producción evidentemente la transformación podría ser más rentable. Pero otro problema que subyace es el de la calidad y las certificaciones. Mucha madera que se está vendiendo llega ya transformada porque tiene certificaciones, cosa que la madera española carece prácticamente de ella. Hoy por hoy, en Galicia estamos a la cola de Europa en certificación forestal. Y es algo que, en términos económicos, de sostebilidad y sociales, se está demandando a escala europea. Galicia es la tercera empezando por abajo. Y las únicas grandes certificaciones que hay en Galicia son o de la Xunta o de Ence, independientemente de alguna asociación de propietarios. En concreto, el sello más demandado por la sociedad y los mercados hoy en día, que es la FSC, solo lo tiene Ence en nuestra comunidad. Y otro tercer aspecto es el precio, que hace competitivas las importaciones. La primera transformación necesita aumentar, pero si no dispone de un precio competitivo a nivel internacional, esa madera no va a salir adelante.

¿Es comparable la actividad de Finsa y Ence? ¿Son competidoras?

Son grandes empresas que actúan en sectores ligeramente distintos. Están integradas verticalmente, es decir, que tienen un patrimonio forestal, servicio forestal e industria. Finsa está en el sector del tablero, produce también algo de chapa. Y Ence se dedica a la pasta y el papel, aunque también es una empresa energética. Usamos recursos diferentes. Ence utiliza fundamentalmente eucalipto para producir pasta de papel y Finsa usa pino, aunque también algo de eucalipto.

Es decir, que no se puede decir que sean dos empresas competidoras...

No considero que hayamos sido alguna vez competidoras. Somos dos compañías con un buen entendimiento, colaboramos en lo que podemos y no competimos directamente por las mismas compras. Creo que las empresas gallegas del sector forestal están obligadas a colaborar porque nos encontramos con los mismos problemas.

¿Qué es lo más positivo y negativo del monte gallego?

Lo más positivo es la capacidad productiva que tiene el monte gallego y lo bien que se da aquí el eucalipto, sobre todo el eucaliptus globulus. Todo ello debido al clima y a la orografía, que no es excesivamente pronunciada. Lo más negativo con mucha diferencia es el minifundio.

¿Y qué le parece que los inventarios forestales se demoren años?

Tenemos una asignatura pendiente con los inventarios, que salen cada mucho tiempo. Una empresa como Ence realiza inventarios en sus propias masas todos los años e incluso encarga inventarios para hacer una estimación de las existencias totales en toda la península ibérica. Es algo imprescindible para planificar la actividad en nuestras fábricas. En 12 años, que es el tiempo transcurrido desde el último inventario, hemos tenido subvenciones de la PAC para las reforestación de tierras agrarias, su cese, subvenciones para la ordenación, incendios de 2006, etc. Además, las estadísticas que tienen las administraciones públicas están basadas en sus propias actuaciones, pero no en a las de los propietarios.

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