La burocracia retrasa hasta 2012 las sociedades que impulsa la Xunta para hacer del monte un negocio
Medio Rural calcula que la preinscripción en el registro autonómico se prolongará un año y acondicionar las parcelas, otros doce meses
Dos personas trabajan en la tala de pinos en una finca forestal en la comarca de Ferrolterra.
La Xunta quiere cambiar el monte gallego y convertirlo en una fábrica de productos forestales. Para ello ha puesto en marcha una nueva figura que permita acabar con el minifundismo endémico de la comunidad: la Sociedad de Fomento Forestal (Sofor), que favorezca no sólo la unión de parcelas de monte en varios manos en una única explotación, sino también la entrada en ella de capital privado. Los planes fueron presentados el pasado día 5, pero el proceso va para largo. La primera Sofor no se creará en la comunidad antes de dos años, en el tramo final de la actual legislatura.
La Consellería de Medio Rural prevé que tan solo el proceso de preinscripción en el registro de las Sofor se prolongue al menos durante un año a partir de este otoño, cuando estima que se publique el decreto que las regula. Otro tanto será necesario para realizar los trámites administrativos para aglutinar las propiedades y acondicionar las parcelas.
"Existe una falta de ligazón entre los propietarios y sus parcelas, alguno no sabe ni dónde están; otros las tienen como banco de ahorro y tampoco les prestan atención; este modelo no vale", indica el director xeral de Montes, Tomás Fernández–Couto.
A este problema se une la obligación de acondicionar las fincas con infraestructuras comunes: cortafuegos, pistas para facilitar los accesos, puntos de agua y cargadores de madera. Medio Rural prevé ayudas de hasta el 70% del coste de habilitar estas "infraestructuras mínimas", que pueden oscilar entre los 100.000 y los 150.000 euros en función de las características de cada monte, y que son imprescindibles para convertir las parcelas en auténticas "explotaciones forestales". En el caso de los costes administrativos la Xunta podrá cubrir hasta el 100%.
Pero no se trata solo de aglutinar los 1,3 millones de hectáreas de parcelas particulares que existen en el monte gallego, sino de lograr que "ofrezcan una rentabilidad anual", indica Fernández–Couto. "Será una explotación constante", añade.
Reducirá incendios
Otorgar valor al monte, además, reducirá el riesgo de incendios. "Cuanto más gestionada está la propiedad menos fuegos se producen. Cuanto más intereses existen en las parcelas más dificultades tienen los incendiarios", sostiene el director xeral de Montes. Las Sofor sustituirán a las Unidades de Xestión Forestal (Uxfor) puestas en marcha por el bipartito, que supusieron un fracaso: hasta la fecha no se ha creado ninguna, según la Xunta. Las diferencias radican en que éstas eran "entes administrativos que no podían vender madera u otros productos forestales" mientras las segundas operarán como sociedades mercantiles. En ellas podrán invertir socios privados hasta el 49% del capital social, aunque nunca podrán ser propietarios del monte.
Las Sofor pretenden aglutinar las parcelas de los diferentes propietarios de un mismo monte para gestionar una única propiedad de forma conjunta durante un mínimo de 25 años, sin que ningún propietario tenga más del 33% de la superficie total.
Estas sociedades, sin embargo, introducen una novedad clave respecto a las Uxfor, que obligaba a los propietarios a integrarse en ella si el 50% de los dueños de las superficies contiguas estaban de acuerdo. "Los estatutos de la Sofor contemplarán una compensación para quienes no quieran integrarse", explica Fernández–Couto. A ellos se les ofrecerá un terreno equivalente en suelo y vuelo (arbolado) en las lindes de la propiedad. En caso de que se sigan negando, "existe la propiedad de la expropiación como en la ley de concentración parcelaria", reconoce el director xeral de Montes
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