"En Galicia ya se practicaba la silvicultura del monte en la Edad de Hierro"
María Martín Seijo, autora de una tesis sobre los usos de la madera en Galicia en la Edad de Hierro. |
¿Qué se sabe de cómo era el monte gallego de aquella época?
La leña y la madera fueron recursos básicos de las comunidades que habitaron en el actual territorio gallego desde la Edad del Hierro a la época romana, y su aprovisionamiento se realizaba en el bosque y en el monte. Conocemos a partir de los carbones recuperados en contextos arqueológicos que las principales especies de matorral utilizadas eran las fabáceas arbustivas como el tojo y la retama, y también el brezo y la jara pringosa. La importancia de las fabáceas arbustivas es tal que las comunidades de la Edad del Hierro probablemente utilizan estas especies de forma preferente por ser plantas que se regeneran de forma rápida produciendo combustible de calidad, que fijan nitrógeno al suelo, y que tienen múltiples usos (esquilmo, material para el techado y para la elaboración de entretejidos de ramas, etc.).
A partir del s. V antes de nuestra era comienza a documentarse de forma recurrente el brezo, una especie asociada a la degradación del terreno, que podría estar condicionada por la existencia de una mayor presión sobre la cubierta forestal en ese momento. Esta mayor presión podría derivarse tanto de la obtención de combustibles para las actividades domésticas como para el desarrollo de las actividades productivas y ,muy especialmente, la metalurgia del hierro, que comienza a generalizarse en ese momento. Los brezos proporcionan además uno de los combustibles de mejor calidad para la producción de carbón vegetal y combustible para los procesos metalúrgicos.
“Los carbones arqueológicos nos permiten conocer que en la Edad de Hierro se usaban de forma recurrente el tojo, la retama, el brezo y la jara pringosa”
A partir del s. I de nuestra era y por los datos de los que disponemos hasta el momento, se produce un incremento del consumo de madera de árboles, frente a la proporcionada por arbustos y matos. Este cambio probablemente tuvo diferentes condicionantes, entre los que podrían estar el aumento de la demanda de combustibles derivada de la nueva organización del territorio, el desarrollo de actividades que requieren de un importante consumo de combustibles y madera, y también probablemente con innovaciones tecnológicas asociadas a nuevas herramientas que permitieron talar árboles más fácilmente.
¿En qué datos se basó para llegar a esa conclusión?
Todos estos datos fueron obtenidos a partir del estudio de carbones y maderas recogidas durante la realización de excavaciones arqueológicas de más de 20 yacimientos. Cada uno de ellos fue observado al microscopio, y sus taxones identificados a partir de los caracteres diagnósticos de la madera. Esta identificación nos permitió llegar a saber cuáles eran los árboles y arbustos que estaban siendo utilizados como combustibles, como madera para construcción o para la confección de herramientas, recipientes, armas, etc.
“Los recipientes se elaboraban con aliso, los mangos con roble o avellano y los cestos con ramas de sauce, avellano o fabáceas arbustivas”
¿Cuáles eran las maderas más empleadas y para que usos las utilizaban?
Una de las principales contribuciones de la tesis fue documentar y estudiar todo tipo de objetos y estructuras en madera. La madera era probablemente el material más extensamente utilizado durante la Edad del Hierro. En madera se hacían todo tipo de recipientes, tazas, cucharas, mangos de herramientas, armas y útiles domésticos, las vigas y los postes, los entretejidos de los cierres, las embarcaciones, etc.
La madera de roble es una de las más utilizadas por sus propiedades físicas, así como por su resistencia al ataque de hongos e insectos xilófagos. Los recipientes se elaboraban en madera de aliso, una madera fácil de trabajar, sin olor y sin sabor. Los mangos estaban hechos en madera de roble o de avellano, dependiendo de si lo que se buscaba era tenacidad o flexibilidad. Los cestos y los entretejidos de varas en madera de avellano, sauce o fabáceas, entre otras, que producen ramas finas y flexibles adecuadas para la confección de tramas. Todos estos datos demuestran una selección específica de determinadas maderas para determinados usos, y un profundo conocimiento de las propiedades de las plantas y, en concreto, de la madera.
¿Cuáles son los principales descubrimientos de su investigación?
Las principales contribuciones de la investigación relacionada con la tesis, y de las desarrolladas a partir de entonces, fueron la identificación de diferentes patrones de aprovisionamiento de combustibles a lo largo del tiempo y la determinación de la existencia de prácticas de silvicultura. Esta práctica es especialmente interesante porque implica un manejo de especies silvestres y porque estaba relacionada de forma muy estrecha con la cestería y la construcción a partir de entretejidos de ramas. El avellano era una de las principales especies sometida a prácticas de silvicultura.
¿De qué nos puede servir a día de hoy, a la hora de gestionar el monte, saber como eran nuestros montes en esa época?
Conocer el manejo del monte y del bosque en el pasado nos permite conocer cómo fue en cada momento y su evolución a lo largo del tiempo. Además, podría permitir recuperar determinadas prácticas utilizadas por comunidades que habitaron en el pasado este territorio
Fuente: http://www.campogalego.com
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