Pontevedra perdió desde el 2006 el 83% de su capacidad para fijar CO2


La desaparición de masa forestal como consecuencia
de los incendios del 2006 acarreó una drástica
caída de la capacidad para eliminar CO2

Los incendios de aquel verano redujeron
 de 212.000 a 36.600 las toneladas secuestradas cada año


La oleada de incendios del año 2006 resultó devastadora para la masa forestal del término municipal de Pontevedra. Cálculos conservadores señalaban que el fuego arrasó unas cuatro mil hectáreas en el municipio. Las consecuencias paisajísticas y económicas son más que evidentes. Ahora se ha conocido otro dato: los montes de Pontevedra perdieron desde aquel verano un 83% de su capacidad para fijar anhídrido carbónico, CO2, y contribuir así a la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero.

Así se refleja en el Balanzo de carbono nos espazos naturais de Pontevedra, un estudio encargado por la concejalía de Medio Ambiente Natural cuyos resultados definitivos presentaron ayer en el Concello sus autores, el ingeniero ambiental Manuel Fariña y el catedrático de la Universidade de Santiago, Felipe Macías, acompañados por la concejala, Celia Alonso.

En junio del año pasado ya se había presentado la primera fase del estudio científico, en la que se recogía la emisión de gases de efecto invernadero que produce la ciudad de Pontevedra. Son 758.779 toneladas al año, lo que arroja un saldo de 9,4 toneladas por habitante, algo por debajo de la media estatal.

Energía y tráfico

La producción energética -en la comarca no hay centrales térmicas, pero se calcula tomando como referencia el consumo eléctrico en el municipio- es la actividad que más emisiones de CO2 provoca en Pontevedra, con 425.000 toneladas anuales, un 57% del total. Le siguen el tráfico (201.000, 26,5%) y las calefacciones (59.000, 7,8%) como principales emisores.

La segunda fase del estudio trataba de determinar la capacidad de Pontevedra para fijar o secuestrar anhídrido carbónico. Es decir, absorber el CO2 de la atmósfera y convertirlo en oxígeno, en el caso de las masas forestales, o retenerlo, en el caso del suelo.

Ahí entra el dato al que se hacía referencia al principio. Hasta el 2006, los montes del municipio de Pontevedra fijaban unas 212.079 toneladas de CO2 cada año. Tras la oleada de incendios de aquel verano, esa cifra cayó hasta las 36.658 toneladas. Un 83% menos.

En cuanto a los suelos, se calcula que la capacidad de secuestro de CO2 en Pontevedra es de 4.582 toneladas al año. Especialmente eficaces en esta tarea, explicó Manuel Fariña, con las xunqueiras. Sin embargo, el experto alertó del impacto de la erosión, que provoca que unas 1.573 de esas toneladas vuelvan a liberarse a la atmósfera

Fuente: www.lavozdegalicia.es

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